Fuente: www.jfanjoy.com |
En el ámbito de un curso de cooperación y gestión de proyectos que estoy haciendo con Cruz Roja española, fue lanzado en el forum un tema de debate que considero bastante pertinente: ¿cuál es la eficacia de la ayuda al desarrollo tras años y años de dinero invertido?
Aunque Mozambique disfruta
de un tiempo de prosperidad económica y hace ya 21 años que terminó la guerra,
por lo cual el ambiente es de bastante tolerancia y paz, en el terreno me estoy dando cuenta que hay
un abismo entre las posibilidades y oportunidades para ricos y pobres. No hablo
solo de oportunidades de empleo o de acceso a buenos sueldos, buenas
universidades etc... Me refiero más bien a otros temas al pie de la calle. Por
ejemplo, el hecho de que los barrios donde viven los ricos y/o expatriados
tiene gente del ayuntamiento limpiando las calles (aunque luego no tengan
papeleras en el mobiliario urbano lo que hace con que haya siempre basura en
las calles). Más flagrante es que esté interdicto el paso frente a la acera del complejo donde esta el palacio
presidencial. Me parece esto un claro signo de que los ricos están muy por
encima de los pobres cuando deciden, entre otros aspectos del cotidiano, que
calles puede o no puede usar sus conciudadanos.
Bueno, a lo que vamos: ¿la
cooperación internacional tiene o no tiene cabimiento en nuestros días, después
de tantos años llenando chorizos y rozando, por alto, a los que más necesitan
de ella?
Para el debate en el forum,
el profesor nos mandó el link de una entrevista hecha a Dambisa Moyo, una
financiera zambeziana que publicó un libro “Dead Aid”, que es cuando menos polémico,
en el que defiende que la cooperación se debe de retirar paulatinamente en cosa
de 5 años porque el daño que esta provocando en los países pobres es mayor que
el beneficio que aporta.
Os dejo el link para que
leáis y reflectáis sobre el tema:
http://www.africafundacion.org/spip.php?article4204
Os enseño también el texto con que he participado en el forum.
En el expongo mi punto de vista y aporto alguna que otra solución (asumo que
quizás peque por ser algo utopíco). Si os animáis podéis hacer vuestros comentarios que
por supuesto serán bienvenidos.
Hola
a todos,
Yo
creo que uno de los muchos problemas de la Ayuda al Desarrollo es que los programas siguen
siendo hechos por países ricos, que muchas veces no tienen conocimiento de
causa de la realidad local ni de las necesidades de la gente (aunque en este
punto las cosas han mejorado bastante en los últimos años).
No
es que me parezca que los programas y el dinero deban de ser entregados al 100%
a los países en desarrollo. Algunas agencias de cooperación a lo largo de los
años fueran entregando el dinero de los proyectos a agentes locales (ONG´s,
asociaciones etc…) con la filosofía que así ellos mismos aprenderían a
gestionarlo. Al final, muchas veces el dinero simplemente desaparecía o sólo se
lograban alcanzar la mitad de los objetivos.
Entonces
se volvía a adoptar una actitud paternalista. Las agencias gestionaban el
dinero y los locales lo iban recibiendo con cuenta gotas en plan “limosna”. La
cooperación adoptaba su cara más fea, la de la caridad, cuando en realidad ha
sido creada con la utopía de que todos los países puedan alcanzar un nivel
equilibrado y semejante de prosperidad.
Volviendo
a mi punto de partida, me parece bien que los países en desarrollo
sean
participes de los programas de desarrollo. Al final, si las cosas no salen bien
ellos son los que se quedan viviendo en sus países pobres, mientras que los
cooperantes, tarde o temprano vuelven a sus casas, en el “primer mundo” (lo que
también me parece legítimo). Pero creo que se ha de reflexionar sobre a quién
llamar a debatir estos temas. Esta más que visto que la cooperación no debe
tener nada que ver con los intereses económicos, ni mucho menos servir a los
políticos. Y es donde yo creo que reside el error.
Si
los pequeños proyectos locales de igualdad de género tienen éxito ¿por qué no
lo tienen los proyectos de educación, que necesitan la connivencia y aprobación
de los gobernantes?
Es
decir ¿Si un grupo de mujeres con apenas un par de máquinas de costura logran
“huir” de la dependencia de su marido y tener para dar de comer a sus hijos
¿por qué los gobiernos no logran que su gente tenga más y mejores niveles de
educación?
¿Por
qué se invierte tanto en formación y no se logra sacar a la gente de la
miseria? Porque no existe la voluntad política de que la gente sepa más y que
desarrollen sus capacidades. Se nota que tienen ganas de tener mejores
condiciones de vida, trabajo y sanidad pero, sin embargo, se les proporciona
muy poco conocimiento y se les exige muy poco esfuerzo para alcanzar los
objetivos.
Aquí
en Mozambique he estado unas semanas dando clases a unas niñas de unos 18 años.
Una de ellas, una chica muy lista, cariñosa y espabilada, que tiene el
portugués como idioma materno y quiere ser profesora de portugués, no sabia
siquiera como es el verbo Ser, entre otras cosas básicas de funcionamiento del
idioma. Aun así, aprobó en su examen y dentro de unos 4 ó 5 años estará dando
clases. Y así sucesivamente en un ciclo vicioso…La culpa, obviamente, no es
suya. Ella ha aprobado y, aunque no sepa nada, ha estado a la altura de lo que
le fue exigido que es, resumiendo, muy poco o nada.
Yo
creo que existe la voluntad política de que las personas sigan sabiendo casi lo
mismo que antes, aunque hoy en día puedan ir a la escuela. Sé que suena un poco
a teoría de la conspiración y que, incluso, echar la culpa a los políticos es
un lugar común pero no es una casualidad que los países más pobres sean
gobernados con poca o ninguna participación de la sociedad civil (aquí incluyo,
como ejemplo, a nuestros países ibéricos, que están en el Norte).
Bajo
mi punto de vista la solución pasa por implicar a la sociedad civil. Insistir
en la formación pero no solamente la formación puntual para determinado
proyecto. Formar también a la gente con la convicción de que, posteriormente,
puedan ser ellos los que forman a sus vecinos/comunidad. Despegarnos -nosotros,
los del Primer Mundo- del conocimiento que cargamos sin el estigma de que si
ellos aprenden nosotros nos vamos a quedar sin trabajo en el futuro.
Esa
es la verdadera cooperación… no la cooperación que se confunde con la Empresa y el sistema
económico y que no hace hincapié en que la Educación
sea
una responsabilidad de que cada país y no de las agencias de cooperación.
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